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Encuentra tu postura sentada para meditar sin dolores

Uno de los primeros problemas que nos encontramos cuando comenzamos la práctica de meditación, es la de diversos dolores, sobre todo de espalda, que nos distraen de la práctica.

Revisa tu postura, para asegurarte que tu columna está alineada, y que tus rodillas estén en una buena posición para no hacerte daño con el tiempo.

Las formas naturales de la columna

Como ya sabes, la columna vertebral tiene curvas naturales, que se curvan hacia fuera (las cifosis) y hacia dentro (las lordosis). Estas curvas forman parte de un diseño perfecto de la naturaleza y no deben borrarse. Intentamos crear espacio, suavizando esas curvas, que por malos hábitos muchas veces están comprimidas, pero sin llegar a borrarlas. Al crecer, damos espacio a los discos intervertebrales y a los nervios espinales.

El papel de la pelvis

Cómo dijo una profesora, "la pelvis es la maceta de la que crece la columna". Cuando la pelvis se mueve, toda la columna responde a ese movimiento. En una postura sentada, haz este ejercicio para comprobarlo. Coloca las manos alrededor de tu pelvis, con los pulgares atrás sobre el sacro, y los dedos delante tocando los iliones. Inclina la pelvis hacia delante y hacia atrás, comprobando como afecta al resto de la columna. Cuando la pelvis se mueve en retroversión, las lumbares se curvan, cuando se mueve en anteversión, las lumbares se arquean. Intenta encontrar el lugar central, más neutro.

Las caderas

Prueba a sentarte en el suelo con las piernas cruzadas y observa tu postura tal cual, sin elementos de soporte. ¿A que altura están tus rodillas con respecto a tus caderas? Si se elevan por encima de su nivel (que es lo general), esto produce tensión en las ingles, músculos y ligamentos de las caderas, y tira de la pelvis, obligando a las lumbares a curvarse.

Sobre mantas

Para remediarlo puede sentarte sobre un soporte, que pueden ser 2 o 3 mantas de Yoga dobladas en cuadrado. El número de mantas debe ser suficiente para que tus rodillas bajen claramente por debajo del nivel de las caderas.

Siéntate en el borde de las mantas, y con ayuda de las manos, saca las nalgas hacia los lados y hacia atrás. De este modo despejas los isquiones, ayudándote a encontrar una postura neutra con la pelvis y crecer con la columna.

Las rodillas

Según el grado de molestia, tenemos varias opciones para acomodar las rodillas:

Puedes enrollar dos mantas y colocarlas de soporte bajo las rodillas, ayudando a soportar el peso de las piernas y así quitar presión a la rodilla. El mismo efecto puedes conseguirlo con una manta enrollada que soporta las dos rodillas como en la imágen.

También podrías colocar una toallita enrollada en la corva, ampliando el espacio de la corva y reduciendo así la intensidad de flexión de la rodilla.

Otra posibilidad es sentarte en un banco de meditación. Puedes colocar una manta en el suelo, para acolchar las rodillas.

En casos más severos, no dudes en sentarte en una silla. No sacrifiques las salud de tu cuerpo por una postura de meditación de "foto". Siéntate en la silla y asegúrate que las plantas de tus pies tocan el suelo. Si no es así, coloca mantas hasta conseguir apoyar los pies. Pies y rodillas paralelas. Eleva la columna, al poder ser sin reclinarte sobre el respaldo.

¡No lo dudes! Podrás encontrar la postura ideal que necesita tu cuerpo en cada momento.

¡Feliz meditación!

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